¿Qué es la psoriasis?
La psoriasis es una enfermedad crónica y periódica que provoca manchas rojas con escamas plateadas en los eccemas y un borde que separa la herida y la piel sana.
Esta enfermedad es muy común, ya que afecta a 5% de la población mundial y son las personas de piel clara las que tienen más riesgo de padecerlo. Normalmente, aparece de 16 a 22 años y de 57 a 60 años y todas las personas y todas las razas son susceptibles a padecer psoriasis.
Los parches que se generan en la piel se deben a una tasa anormal del crecimiento de las células de la piel, aunque el sistema inmunológico también juega un papel importante en este problema. A menudo, la enfermedad es hereditaria, debido a que ciertos genes están asociados a ella.
Síntomas de la psoriasis
El tipo más común de esta enfermedad es la psoriasis en placas. Generalmente comienza como uno o más parches (placas) pequeños, rojos, plateados y brillantes en el cuero cabelludo, los codos, las rodillas, la espalda o las nalgas. En ocasiones, las cejas, las axilas, el ombligo o las nalgas también pueden verse afectadas. Muchas personas con psoriasis también pueden tener uñas deformadas, engrosadas y picadas.
Los primeros parches pueden desaparecer después de unos meses o permanecer, llegando a formar eccemas más grandes. Aquellos que tienen un diámetro más grande o están en zonas más sensibles, pueden llegar a doler o picar. Realmente, los parches no causan molestias físicas extremas, pero son muy visibles y en ocasiones, aquellos que padecen la enfermedad pueden sentirse incómodos. Incluso, a veces, la angustia psicológica que causa es más grave que las propias molestias físicas.
La psoriasis en ocasiones es intermitente, aparece y desaparece según la estación. En verano los síntomas de la enfermedad disminuyen, ya que la piel se expone a la luz solar.
Entre el 5% y el 30% de la población, desarrolla -junto con la psoriasis- artritis en los huesos. Es la conocida artritis psoriásica y provoca dolor e inflamación en las articulaciones.
Brotes de psoriasis
La psoriasis a veces es algo inestable, ya que puede aparecer sin ningún motivo aparente o a causa de diversas circunstancias. A menudo los brotes vienen precedidos de lesiones menores o quemaduras solares graves; son la consecuencia de la irritación a la piel. En otras ocasiones los brotes llegan tras haber superado una infección (resfriados, faringitis…). Las situaciones de estrés o el consumo de alcohol y drogas también pueden ser el detonante de un nuevo brote de psoriasis.
Algunos tipos poco comunes de psoriasis
La psoriasis puede tener efectos más graves, estos casos son minoritarios, pero existen algunos tipos como:
- La psoriasis eritrodérmica hace que toda la piel del cuerpo se vuelva roja y escamosa. Al igual que una quemadura, impide que la piel actúe como barrera protectora contra lesiones e infecciones.
- La psoriasis pustulosa es provoca ampollas grandes y pequeñas llenas de pus (pústulas), que se dispersan ampliamente por el cuerpo.
- La psoriasis palmoplantar aparece principalmente en las manos y los pies. A veces se denomina psoriasis palmoplantar de las palmas de las manos y las plantas de los pies.
¿Cómo se diagnostica la psoriasis?
Generalmente, basta con la evaluación de un médico. Normalmente, los médicos basan el diagnóstico de la psoriasis en el aspecto de las escamas y las placas y en el lugar del cuerpo donde aparecen.
Cuando la situación es más complicada se suele tomar una biopsia de la piel, para examinarla y descartar otras enfermedades como puede ser el cáncer de piel.
¿Cómo tratar la psoriasis?
Existen múltiples medicamentos para tratar la psoriasis. Según la gravedad y el alcance de los síntomas se puede recetar:
- Medicamentos tópicos. Algunos de estos medicamentos pueden ser irritantes para la piel y los médicos deben encontrar cuáles funcionan mejor para cada persona. Normalmente, los más recetados suelen ser los humectantes para la piel (emolientes). También, en ocasiones, suelen aplicarse corticosteroides con calcipotriol, (una forma de vitamina D). Cuando los parches son muy gruesos se pueden diluir con ungüentos que contienen ácido salicílico, para que los otros medicamentos sean más efectivos.
- Fototerapia. La exposición a la luz ultravioleta puede ayudar a curar la psoriasis durante meses. Es bueno combinar los medicamentos tópicos con la fototerapia cuando se trata de grandes áreas de la piel.
- Inmunosupresores. Son medicamentos que el sistema inmunitario para evitar que empeore la psoriasis. Estos medicamentos pueden tomarse por vía oral o inyectarse.
- En los casos más graves, como en la psoriasis postulosa, se puede usar la acitretina. También, se puede tratar la psoriasis con agentes biológicos, es decir, organismos vivos que inhiben ciertas sustancias químicas involucradas en el sistema inmunológico. Estos son los menos comunes, ya que tiene muchos efectos secundarios.